Llegada la época del frío muchos
nos estamos preguntando qué tipo de calefacción podemos instalar en nuestras
viviendas. Es importante que nuestro hogar cuente con un buen sistema de
calefacción. Varios son los factores incluyen en esta decisión, si se va a
hacer una reforma en la vivienda, la cantidad de consumo de energía, los
precios de instalación y/o mantenimiento, gustos o preferencias del consumidor,
etc.
En Incor, les dejamos varias
opciones según las necesidades o el presupuesto de cada uno:
El suelo radiante
Una de las opciones más
confortables para climas muy fríos. El precio medio de la instalación ronda
unos 7.000 €. El suelo radiante se compone de una red de tuberías que
discurrirán por el interior del suelo de nuestra vivienda, a través de ellas
circulará agua caliente, aumentando de esta forma la temperatura del suelo
dando un clima cálido por toda la estancia.
La calefacción ecológica: calefacción por pellets
Se habla muy bien de este sistema
de calefacción, no sólo por su ahorro económico, sino también por su impacto
ecológico. Una solución sostenible, la mejor para nuestro ecosistema, a
diferencia de los combustibles no renovables, tales como el gas natural, el
petróleo y la energía eléctrica basada en combustibles fósiles.
Ahora el uso de calderas de pellets son una
tendencia, es algo así como volver al acogedor confort de las antiguas estufas
de leña pero con la tecnología actual y logrando ahorrar en el
consumo de calefacción. Los pellets están formados por madera prensada que
proviene de serrín o virutas en forma de pequeños cilindros. Un saco de 15 kg
de pellets cuesta alrededor de 4 euros.
La calefacción clásica: calefacción eléctrica por acumulación
Para aquellas personas que no
quieren complicarse la vida. Es la opción más cómoda y habitual de nuestro
país. Se caracteriza por su instalación sencilla, la seguridad que ofrece y su
fácil mantenimiento.
La electricidad se convierte en
calor gracias a la resistencia eléctrica que hay en cada calefactor eléctrico.
Los radiadores se colocan en todas las estancias proporcionando una solución
integral. Ahora bien, es necesario saber que, al ser eléctrico, el consumo de
esta energía aumentará considerablemente.
Calefacción de gas natural
Se podría calificar como uno de
los tipos de calefacción más cómodo, limpio y seguro de entre los
sistemas de calefacción que se pueden instalar en una vivienda.
Para la instalación necesitaremos una caldera de gas que se conecta a un sistema de tubos por los cuales circula el agua. La caldera calienta el agua de los tubos y los radiadores irradiarán el calor. Los radiadores se reparten por todas las estancias de la casa. Al no generar calor por sí mismos, por lo que no emanan ni gases ni ninguna otra sustancia, lo que los convierte en una energía limpia y segura. Además, no hacen ruido y pueden resultan más baratas que otros sistemas.
La solución para todo el año: las bombas de calor de aire caliente y
frío.
En este caso, sería la mejor
opción para calentar la casa en invierno y atemperar el fuerte calor del
verano. Una opción sencilla y muy práctica. Consiste en instalar un Split en
cada estancia. La instalación no es de las más caras, ronda sobre 1.000 euros cada
bomba aproximadamente. Tendremos que valorar el tamaño de la vivienda para ver
si realmente compensa. Además, este sistema va conectado a la luz, por lo que
aumentaría el consumo de la electricidad cuantiosamente.
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